#Benistanbulduyuyorum o yo (tambíen) soy Istambul #sultanahmet


El terror, la barbarie, la sinrazón, la estupidez humana y divina, llego ayer a una de las ciudades que más me gustan del mundo, una ciudad, que si precisamente destaca por algo, es por ser crisol de mil culturas, punto de encuentro y ejemplo de convivencia.

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Istambul es una de esas ciudades que cuando no has ido, consideras exótica, y cuando la has visitado, cuando la has catado, te obliga a enamorarte de ella, hace que estés deseando volver allí, y pasearte por sus concurridísimas calles, pasear por sus puentes mientras compras algo de pescado (bueno yo no que no me gusta, pero a Mar si le gusta) recién hecho al lado del agua.

Istambul ha sido siempre tierra convulsa, pero eso no es excusa para que alguien, quien sea, en nombre de un dios, o una idea política, haga estallar una bomba, la vida humana es lo más precioso que existe, arrebatarla porque tu dios es más guapo que el mío, o porque yo soy de izquierdas y tu de derechas, es simplemente demencial.

Dicen que los actos de hoy, han sido perpetrados por un sirio, la verdad, me da igual, me indigna que alguien pueda pretender imponer sus ideas, sus reclamaciones, a base de  poner bombas, de matar, de asesinar.

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Por suerte, no han conseguido una gran matanza, ya que la zona donde se ha producido es muy abierta, pero 10 ya son 10 fallecidos de más.

Istambul , la antigua Constantinopla, la capital del imperio bizantino, esa ciudad a caballo entre Europa y Asia, a mi me cautivo, por ese convivir de gentes distintas, religiones distintas, culturas distintas, por esos olores del gran bazar, por la espectacularidad de la Hagia Sofía, y la Mezquita Azul.

Istambul, y ninguna ciudad del mundo, merece el castigo del terrorismo, porque lo que ahí muere, son personas, personas como tú o yo, personas cuyo único delito, es estar comprando en un mercado de Kabul, jugando en una plaza de Islamabad, escuchando un concierto en la sala bataclan o admirando la joya arquitectónica que es en su conjunto Istambul.

Parafraseando a no sé qué humorista, creo que de Charly Hebdo, Por dios dejemos de matar, y dejemos de matar por dios.

Hoy, no veremos muchos yo soy Istambul , en turco Ben istanbul duyuyorum, y debería, como debería haber muchos yo soy Kabul, Afganistán, Pakistán, Nigeria y cualquier otro lugar, donde alguien se crea dios, y decida que el valor de una vida es inferior a su dios imaginario o a su idea política

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